
-Serena el alma, compañero, le dijo, mientras le veía caer derrotado con el peso de las angustias.
-Anda, vamos a caminar hasta el puerto. Allí contemplaremos la puesta de sol y dejaremos que se lleve los sinsabores de este día. Mañana, nuevas oportunidades vendrán y otros enfoques que quizás alivien tu alma.
-Vamos, al que confía, Dios le muestra caminos. Aumenta tu fe y haz tu parte.